Implantes Dentales Convencionales

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Los implantes dentales convencionales son dispositivos de titanio que se insertan quirúrgicamente en el hueso maxilar o mandibular para reemplazar las raíces de los dientes perdidos. Son sin duda el tratamiento de primera elección y el mas predecible para las ausencias dentales.

En qué consiste

Los implantes dentales convencionales son dispositivos de titanio que se insertan quirúrgicamente en el hueso maxilar o mandibular para reemplazar las raíces de los dientes perdidos. Una vez colocados, los implantes actúan como anclajes sobre los que se montan coronas, puentes o dentaduras completas. El proceso incluye varias etapas: la inserción del implante, un periodo de cicatrización en el que el hueso se integra con el implante (osteointegración) y finalmente, la colocación de la prótesis dental.

Cuándo es necesario

Los implantes dentales convencionales están indicados para personas que han perdido uno o varios dientes y buscan una solución permanente para reemplazarlos. Son adecuados para pacientes con suficiente cantidad y calidad de hueso maxilar o mandibular para soportar el implante. Los implantes son una opción viable para quienes no desean utilizar dentaduras removibles o puentes que requieran el tallado de dientes adyacentes. También son indicados para mejorar la funcionalidad y la estética de la sonrisa.

Qué beneficios tiene

Los implantes dentales ofrecen numerosos beneficios, incluyendo la restauración de la función masticatoria, mejorando la capacidad de comer una variedad de alimentos sin dificultad. Estéticamente, los implantes proporcionan una apariencia natural y pueden mejorar la sonrisa del paciente. Además, ayudan a preservar el hueso maxilar y mandibular, previniendo la pérdida ósea que ocurre con los dientes faltantes. También proporcionan una solución duradera y estable, eliminando la incomodidad y los inconvenientes de las dentaduras removibles.

Cuánto tarda el proceso de recuperación

El proceso de recuperación de los implantes dentales convencionales varía, pero generalmente implica un periodo de osteointegración que puede durar de 3 a 6 meses. Durante este tiempo, el hueso se fusiona con el implante, proporcionando una base sólida para la prótesis dental. Después de la inserción del implante, es común experimentar algo de inflamación, dolor y sangrado leve, que suelen desaparecer en unos pocos días. Una vez que la osteointegración se ha completado, se colocará la prótesis dental definitiva, y el paciente podrá disfrutar de una función dental completa y mejorada.

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